Junio de 2021 configura el décimo aniversario de la aprobación unánime por parte del Consejo de Derechos Humanos de la ONU de los Principios Rectores de la ONU sobre Empresas y Derechos Humanos (UNGP), y este es un momento crucial y un hito para evaluar los esfuerzos realizados hasta ahora.
Una década después, existe una expectativa real de que las empresas ejerzan la debida diligencia en materia de Derechos Humanos, así como una tendencia normativa hacia un estándar de conducta jurídicamente vinculante. Paralelamente, el sector financiero y los acuerdos comerciales han mostrado el nuevo enfoque de los inversores en los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ASG), con una tendencia a una acción más amplia de los inversores para el respeto los Derechos Humanos.
Asimismo, se debe considerar que las nuevas realidades sistémicas del mundo cambiaron el rumbo de nuestros esfuerzos para el futuro que queremos: el cambio climático y ambiental y su entorno político, así como la crisis socioeconómica resultante de la COVID-19 han influido y ampliado las desigualdades ya existentes aumentando la pobreza en todo el mundo.
Con estos propósitos, el Grupo de Trabajo sobre Empresas y Derechos Humanos ha estado emprendiendo un proyecto (UNGPs 10+) para hacer un balance de la implementación de los UNGPs hasta la fecha y construir un curso de acción para la próxima década. Este informe incluiría el diálogo de múltiples partes interesadas y las consultas en todas las regiones, que fueron una característica definitoria del mandato de los UNGP. A esto le seguirá una “hoja de ruta para la próxima década”, con recomendaciones prospectivas que se lanzarán en la segunda mitad de 2021.
Este es el momento adecuado para que las empresas planifiquen cómo contribuirán a que los próximos años de los Principios Rectores sean un momento de acción. Para abordar las brechas previstas, las acciones deben ir desde el compromiso de implementación de modelos de negocio respetuosos con los derechos humanos hasta brindar acceso a reparación a las víctimas de impactos relacionados con el negocio, en contextos como cadenas de suministro, prácticas de compra, uso de tecnología, etc. También es necesario mejorar los datos de desempeño de las empresas en materia de derechos humanos en términos de divulgación, alineación y coherencia. Las empresas responsables deben estar en el centro de las respuestas a estos desafíos.