Los esfuerzos por agilizar las cadenas de suministro comercial y las transacciones financieras que intervienen en los procesos comerciales se han convertido en el centro de las actividades empresariales actuales. Con la llegada de la pandemia de Covid-19, estos esfuerzos se han incrementado sustancialmente, ya que se están adoptando nuevos y más innovadores modelos de negocio en paralelo a la rápida evolución de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
Las oportunidades y los beneficios de la digitalización en las relaciones comerciales son amplios y responden a los recientes retos a los que se enfrenta el sector en un mundo de interconectividad, transformación digital y velocidad, en el que las empresas buscan seguir siendo competitivas, llegar a un abanico global de clientes, reducir los costes comerciales y potencializar la relación entre la oferta y la demanda. De la mano de esta transición, el desarrollo de nuevas tecnologías y negocios ha abierto las puertas a novedosas combinaciones de bienes y servicios y sus formas de entrega, lo que significa que, por ejemplo, un objeto puede cruzar una frontera como un servicio pero se convierte en un bien cuando se consume, como sucede con el servicio de impresión 3D. Además, dado que el mercado global es cada vez más accesible a través de Internet, las pequeñas y medianas empresas (PYMES) y las start-ups están teniendo la oportunidad de entrar en nuevos mercados de todo el mundo y prosperar, mediante herramientas digitales innovadoras que les permiten superar las barreras geográficas, utilizar mecanismos de financiación alternativos, como el crowdfunding, acceder a servicios basados en la nube que evitan la inversión en activos tangibles y optimizar la dinámica B2C (Business to Consumer).
Considerando lo anterior, analizaremos a continuación algunas de las ventajas que una inmersión digital ofrece al comercio internacional. En primer lugar, es necesario entender el significado de la inmersión digital en el ámbito del comercio exterior. Se refiere a las transacciones comerciales de bienes y servicios habilitados digitalmente que pueden ser suministrados física o digitalmente y que conciernen a consumidores, empresas e instituciones1. Ahora bien, la digitalización del comercio se caracteriza por la circulación de datos, tanto como medio de producción como de activo comercializable en sí mismo. También significa un aumento de la escala, el alcance y la velocidad del comercio y la oportunidad para que las empresas ofrezcan nuevos bienes y servicios a un mayor espectro de clientes, a través del uso de herramientas digitales como las plataformas en línea, el almacenamiento de datos en la nube y los pagos electrónicos. Implica, además, la reducción de la distancia entre el comprador y el vendedor.
Teniendo esto en cuenta, una de las ventajas de la inmersión digital en el comercio internacional es que permite más mecanismos para que las empresas y las personas inviertan en activos intangibles, incluyendo la investigación y el desarrollo (I+D), la propiedad intelectual (PI) y la marca. Esto significa que, con las tecnologías digitales disponibles, se han ampliado las oportunidades de inversión y comercio, dado que el mercado está superando algunas de sus barreras, como las limitaciones físicas para las transacciones. Por otro lado, los activos intangibles crecen cada vez más y más rápidamente en el mercado, así como su valor, por lo que el desarrollo y uso de mecanismos que faciliten su adquisición y comercio representan una ventaja competitiva para las empresas.
Una segunda ventaja se refiere al hecho de que la transformación digital mejora los costos y hace más efectiva la logística local en la industria naviera. La automatización y las tecnologías blockchain han adquirido un papel central en la modernización de los puertos, los aeropuertos y el rendimiento del transporte. Hoy en día, los datos se consideran uno de los principales recursos de los puertos, esto debido a que el registro nacional y los procesos habituales se refieren al denso movimiento y almacenamiento de datos. Por lo tanto, la digitalización trae beneficios clave para el sector, incluyendo la automatización, la eficiencia del tiempo, la seguridad de la información y la firma electrónica, por lo que facilita las actividades comerciales y reduce los tiempos y los costos.
Una tercera ventaja es la digitalización de los procesos relativos a las operaciones documentales en el comercio. Desde la presentación digitalizada de documentos, como las cartas de crédito, hasta la digitalización del procesamiento de documentos, la inmersión digital ofrece una oportunidad para que las empresas e instituciones agilicen la venta y el envío de mercancías, a través del uso de tecnologías avanzadas como el reconocimiento óptico de caracteres (OCR) y la inteligencia artificial (AI) de contenido en el examen de los documentos en papel presentados en el uso de las cartas de crédito y otros documentos de crédito. Además de lo anterior, la inmersión en la tecnología digital ofrece una mayor seguridad e interoperabilidad entre empresas, gobiernos y agencias aduaneras de todo el mundo, poniendo a disposición de las empresas el intercambio de datos en tiempo real y por vía electrónica, facilitando y profundizando las transacciones comerciales.
Por último, hay que considerar que, en un entorno tecnológico en evolución, es crucial que el sector del comercio se alinee con las TIC en la adopción de tecnologías avanzadas y herramientas digitales como programas en línea, software o almacenamiento en la nube, para mejorar aún más la eficiencia de los procesos de comercio internacional y sentar las bases de un nuevo panorama de bienes y servicios digitales y comercializados digitalmente.
1 Organization for Economic Co-operation and Development. Digital trade - OECD. (s. f.). OECD. https://www.oecd.org/trade/topics/digital-trade/